Anhelo de primavera

He aquí delante de mí el mar
En invierno. Un mar inquieto,
Encrespado, de color plomo.
Agitado, espumoso, intranquilo,
Anhelando, aguardando, convulsivo.
En su largo esperar de días cortos
Y largas noches, noches de escarcha
Y helados días, arremete infatigable
Contra escollos, faros y navíos...
Todo el que se le interpone
Recibe el azote de su impaciencia.
¿Qué ocurre? ¿No llega nunca?
¡Cuánto tiempo soñando con ello!
Aun las gaviotas se hacen eco
De su miseria lanzando gritos
De embrujo, y el viento,
Aquí con torbellinos, ahí con
Ráfagas huracanadas, sopla
Un réquiem desesperado
Entrelazando sus suspiros y gemidos
Con el rugido sordo de las olas.
Es noche. Un relámpago cruza
Veloz el cielo, reflejado mil veces
En las negras crestas. El trueno
Retumba temible, desinhibido
En la inmensidad que le rodea.
Temblor. El mar tiembla,
Los faros y navíos tiemblan,
Aun los cimientos del abismo
Se estremecen ante tal atroz ruido.
El cielo mismo se quiebra, y caen
Sobre las aguas infinitas dagas
De lluvia helada.

***

Amanece. Exhaustas, las olas
Duermen bajo los primeros rayos
Del alba. La lluvia cesa,
Y en la penumbra matutina
El mar percibe un sutil cambio
En el aire, en el cielo.
Lentamente el viento muere
Y una brisa de oriente
Trae consigo un dulce aroma
De árboles en flor, madreselva
Y jazmín. ¡Es primavera!
Gozoso, el mar se engalana
De lavanda, oro y carmín,
Y festeja junto a un cielo
Teñido ya de aurora y hermosura.
Con destellos de arco iris, saltan
Peces alados, cristales delicados
Con alas de fantasía.
El sol mismo ríe jubiloso,
Y miríadas de diamantes esparcidos
Centellean bajo sus cálidos rayos.

He aquí delante de mí el mar
En esplendor primaveral.
Y el invierno, sueño de otra vida,
Es como si nunca hubiera sido.
Y el mar se deleita en los colores
De la brisa, besa al cielo extasiado,
Y... ¿qué hechizo es este? ¿Puede ser
Que oiga melodía de sirenas
Que en corcheas y alegrías brota
De las olas mismas?

Anónimo