24 May 2008

Sobre la relación lengua/realidad

“La realidad se corresponde con el lenguaje o es el lenguaje el que designa o “etiqueta” la realidad?”

Ésta es una de las cuestiones en que más he estado pensando últimamente (además del examen de castellano, claro está).

La correspondencia entre lenguaje y realidad, ¿es exacta, estrecha, relativa...? O, en otras palabras, ¿se limita la realidad si se limita el lenguaje?

Para tratar de responder a esta cuestión (cosa que apenas he conseguido) he pensado en una serie de casos muy distintos pero que se pueden relacionar de alguna manera con esta pregunta.

Para empezar, el caso de Mil novecientos ochenta y cuatro, muy bien explicado tanto en la novela en sí como en el apéndice correspondiente. (El libro entero es altamente recomendable y da para unas horas de reflexión.) La verdad es que la manera de presentar los argumentos y las consecuencias resulta muy convincente y no deja de aportar muchos interrogantes. Al fin y al cabo, se está controlando y limitando de una manera efectiva la realidad de la población con su principal herramienta para designarla y conocerla, lo que es bastante interesante (aunque paradójico y desagradable).

Por otro lado, todos (o casi) nos hemos enamorado alguna vez, se nos ha muerto algún ser querido, hemos oído las primeras palabras de un bebé... ¿Dónde está el lenguaje en estas situaciones? Parece que se esconde, es insuficiente e incluso estorba. Para empezar, ni se encuentran las palabras adecuadas en la mayoría de los casos, ¡y no hay duda que estos sentimientos son auténticos y reales! “Porque las palabras, como la Naturaleza, medio muestran y medio esconden el alma que tienen dentro” (Tennyson). (Otro punto interesante y decisivo para el tratamiento de este tema es qué se considera “realidad”.)

También los que dominan y tienen interiorizada más de una lengua se dan a menudo de bruces contra alguna pared lingüística al no poder expresar en un idioma algo que podrían decir en otro. (Todo este asunto tiene algo de kantiano, ya que al igual que en el ejemplo de la paloma, la lengua posibilita al mismo tiempo que limita la expresión de la realidad.) Hay quien dice pestes del spanglish, pero también más de un ortodoxo se llevaría las manos a la cabeza al oír conversar en libertad personas que comparten más de un código lingüístico.

Además, ¿se puede decir que no había pensamiento para Helen Keller, la famosa norteamericana ciega y sorda de nacimiento? Esta señora aprendió a hablar y estudió una carrera cuando pudo comunicarse, pero pasó unos cuantos años sin lenguaje, teóricamente, y apenas se puede decir que durante este periodo no existía para ella realidad.

Mi intento de conclusión, pues: hay una estrecha relación de interdependencia mutua entre realidad y lenguaje, pero hay realidades que escapan al poder del lenguaje.

5 comments:

Anonymous said...

Ya me puedo imaginar la cara de tu profesor jeje. Estoy de acuerdo contigo en lo que dices, hay cosas reales que no podemos etiquetar y que no tienen descripción o palabras. Pero igualmente creo que la realidad sería muy diferente sin el lenguaje, no la veríamos igual. Lo que sé seguro es que me gusta usar mi lenguaje para hablar de la realidad porque casi siempre me es suficiente y con eso me basta, ya te dejo a ti la faena de responder a preguntas de este tipo y escribir redacciones xD.

LSEP said...

Al final resultó que, aunque estaba de acuerdo con lo que decía, no nos habíamos entendido bien: lo que él quería decir es si viene primero el lenguaje o la realidad (un poco estilo "el huevo o la gallina"). Pero me valió el escrito para subir nota... aunque no era la intención inicial, ¡me fue muy bien! :D

Anna said...

M'agrada! =D

LSEP said...

Gràcies! T'has mirat el de la sele, el de la ciència a la societat? Avui l'he llegit en veu alta a classe i tots pensàvem més o menys el mateix...

Anonymous said...

Bé... Sovint és indissociable "viure" i "parlar o pensar lingüísticament" d'allò viscut. En tot cas, i acceptant que clarament el llenguatge i el món que podem tenir o viure o experimentar van de la mà, això no implica que tot el que experimentem ho puguem plasmar de manera exacta en el llenguatge. En funció del nostre domini del llenguatge (o del grau i potència amb què el llenguatge ens domini) podem arribar a expressar allò que admetem no poder expressar. Això sí, no ho expressem ja descriptivament, sinó metafòricament, al·legòricament o al·lusiva). Com si no podríem comunicar a altri o comunicar-nos a nosaltres mateixos que hem experimentat cosa que va més enllà del que les nostres paraules poden copsar... Paradoxal? No sé fins a quin punt.

En tot cas, la limitació lingüística limita el pensament, la capacitat d'experiència del món i d'allò que anomenem real. I certament, no tot llenguatge és verbal (el llenguatge artístic o matemàtic són llenguatges en majúscula, dins d'aquesta disquisició).

Fins llavors mantindré el silenci.
Atentament,
1889
(sense misteri, ja saps qui sóc)